25 años
Esta semana celebramos 25 años de la 1ª Promoción de Graduados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte del I.N.E.F. de Madrid, donde nos volvimos a reunir muchos de los compañeros que vivimos 5 años estudiando la carrera universitaria que más nos apasionaba. Quiero compartir una pequeña parte del discurso que llevé a cabo con mis queridos compañeros. Dice así:
“Me gustaría leeros unas pequeñas notas que he escrito, no para mí, sino para nosotros. Para que lo tengamos presente en estos 25 años.
Queridos amigos, la vida, Dios, el destino, el universo o como lo quieras llamar siempre está de nuestro lado. Siempre nos tiene algo maravilloso a la vuelta de la esquina, pero hay que dejar un espacio en nuestra mente y en nuestro corazón para que se pueda materializar.
Si cada día agradeces lo que eres, lo que haces y lo que tienes por pequeño que sea, estaremos preparados para algo todavía mejor.
Si al acostarte te perdonas por los fallos cometidos o por lo que has dejado de hacer, seguro que caminaremos más ligero.
Si muestras amor, afecto y cariño por tu familia, por tus amigos e incluso por los que no conoces tendremos más energía que compartir.
Haber encontrado la vocación y el servicio a los demás a través del deporte es una de las más grandes loterías que nos ha tocado. Por tanto, miremos hacia adelante, no nos quejemos de lo mal que están las cosas, no nos justifiquemos diciendo que no podemos solos y tened la misma ilusión que cuando empezamos esta maravillosa carrera.
Cuando estemos algo desorientados preguntémonos: ¿quién soy?, ¿para qué estoy aquí?, ¿dónde puedo dar lo mejor de mí mismo? Y pongámonos en camino.
Os voy a dar tres instrumentos, que creo nos serán útiles, para que nos acompañen en estos 25 años:
– El primero de ellos es la imaginación. Imaginar significa ir donde nadie estuvo antes: romper tus límites y volar gracias a las alas de tu corazón. Es precisamente lo que hizo el atleta británico Roger Bannister cuando el 6 de mayo de 1954 hizo en la universidad de Oxford lo que se conoce como la “milla milagro” bajando por primera vez de los 4 minutos. Como decía otro de los grandes, Muhammad Alí: “imposible no es nada”. Por tanto, utilizad la imaginación para crear cosas grandes, inimaginables y positivas.
-El segundo instrumento es el trabajo en equipo. Las cosas compartidas tienen un sabor diferente. Cuando un equipo piensa y vive al unísono se consigue alto rendimiento y además te identificas con unos valores, sintiendo que perteneces a algo más grande que tú mismo.
– La última herramienta es que trabajemos por la misión de sembrar un mundo mejor a través del deporte. No trabajemos únicamente por los resultados. Como los antiguos constructores de catedrales, es posible que no lleguemos a ver la catedral finalizada. Pero trabajad y dad hasta el último aliento por nuestra causa, por nuestra misión profesional (y personal). Cada uno de nosotros venimos a esta vida a cumplir una misión, por tanto, disfrutad de la aventura y poned entusiasmo. La vida no trata de lo que podemos lograr sino de lo que podemos ser junto a los demás.
Cuando lo pillas la vida cobra sentido. Nos vemos dentro de 25 años”.