Aprovechar el momento
Cuando se acaba o se inicia el año las personas se proponen nuevos retos. Todos quieren aprovechar el momento. Es como si se tomase consciencia de que la vida va avanzando y todas esas cosas, retos, objetivos o metas que tienes en la cabeza desde hace un tiempo no se llevan a la práctica o se comienza con muchas ganas, pero pronto se tira la toalla.
Para que este año nuevo sea diferente, te proponemos que siguiendo los pasos de un proceso de coaching establezcas tus objetivos y los pongas en práctica.
El primer paso en un proceso de coaching es tomar consciencia. Es decir, hay que saber exactamente qué es lo que quieres o necesitas. En muchas ocasiones las personas dicen: “No tengo ni idea de lo que quiero” (por tanto, habrá que profundizar para descubrirlo) o “Quiero ser feliz” (pero sin especificar cómo). Otra cosa curiosa que ocurre en la toma de consciencia es que algunas personas tienen claro lo que no quieren, pero les cuesta más saber qué es lo que realmente quieren.
El segundo paso de un proceso de coaching es querer. A veces el mayor problema es que la persona sabe lo que quiere, pero tiene que “pagar un precio” por ello y no está dispuesta a hacer ese esfuerzo. En la mayoría de los objetivos hay que “poner de tu parte” y hacer algún esfuerzo extra. Cuando la persona ha tomado consciencia de lo que quiere y además hace ese esfuerzo está en el camino de conseguirlo.
Pero aquí no acaba el proceso. El tercer paso es saber hacer. Es decir, la persona tiene también que tener herramientas para conseguir sus metas. Es posible que una persona con mucha voluntad, pero sin herramientas no pueda lograr sus objetivos. Por tanto, es muy recomendable tener apoyo de alguien que sepa, o formarte, o entrenar para que adquieras las habilidades necesarias.
Por último, el paso cuarto. Es en la mayoría de los casos es el que más cuesta. Sabes lo que tienes que hacer (has tomado consciencia), quieres hacerlo y tienes las herramientas. Pero te falta hacer. El ponerse en marcha, el pasar a la acción es el último paso. Cuando alguien se pone en camino es como la “lanzadera de despegue” para llegar a tu meta.
Pero aquí todavía no acaba el viaje. Habría que añadir el ingrediente de la constancia, el ingrediente de la confianza, el ingrediente de la alegría y aprovechar el momento para que el camino sea más ligero y lleguemos a nuestro destino.
Os deseamos unas felices fiestas y un próspero año nuevo.