Coaching Deportivo Golf (2)
La presión del número uno, la presión de ganar.
En las últimas semanas hemos visto algunos ejemplos de deportistas de élite o de equipos que no ganan partidos que se esperaba que ganasen. El Real Madrid no pasó del empate a cero ante el Sporting de Gijón en su primer partido de la Liga española. Rafa Nadal quedó eliminado en la tercera ronda del Open USA de tenis y por primera vez en su vida profesional le remontaron un partido cunado ganaba por 2 sets a 0. Otro ejemplo de la presión del número uno son los altibajos que está experimentando el número uno mundial de golf, Jordan Spieth, que junto a Rory McIlroy van intercambiándose el numero uno en las últimas semanas.
De hecho, Jordan perdió el número uno al no superar el corte en el torneo Barclays de New Jersey, cosa que no le sucedía desde hacía meses ,y que llegó en este momento de tanta presión para el golfista como es defender su liderato mundial.
Como declaraba Spieth: “Sin duda ha sido una semana muy dura para mí”. Y añadía que: “Lo único que puedo hacer ahora es prepararme para el próximo torneo y encontrar soluciones rápidas a mi juego”.
Es evidente que a Jordan no se le ha olvidado jugar al golf. Pero lo que si está teniendo es mucha más presión, tanto externa como interna, y más diálogo interno en su cabeza que cuando ocupaba otras posiciones en el ranking mundial.
Viendo estos ejemplos podíamos deducir que en muchas ocasiones lo difícil no es llegar sino mantenerse. Hemos visto a lo largo de la historia que son muy pocos los deportistas o equipo que una vez que llegan a la cima siguen cosechando éxitos.
¿Qué podrían hacer estos deportistas para deshacerse de esa presión que no les deja fluir?
Pues en primer lugar abstraerse de los comentarios de su entorno y medios de comunicación.
En segundo lugar, hacer lo que habían hecho hasta ahora y no darle demasiada importancia a su nueva situación, es decir, relativizar su éxito y trabajar incluso más que antes.
Tercero: centrarse en el trabajo diario y en disfrutar cada partido.
Por último, no aferrarse a ser el número uno, no necesitarlo, porque esto te lleva a la duda y el miedo. Y la duda y el miedo te lleva a cometer más errores y perder la confianza y seguridad en uno mismo.
Evidentemente es muy fácil decirlo, lo difícil es hacerlo. Coaching deportivo golf (2).
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