Cuando entro en una clase en la universidad o hago una sesión de coaching deportivo con un deportista, un entrenador o un equipo siempre lo hago con ilusión, profesionalidad y con las mismas ganas que la primera vez.

Creo que es algo muy importante, el poder seguir trabajando motivado y con ilusión por tu trabajo. Sé que no es fácil, y que en muchas ocasiones puede costar a las personas, pero la clave para disfrutar de tu trabajo y para ser un gran profesional es tener las mismas ganas que cuando empezaste y hacer tu trabajo con ilusión. Cuando se tiene esto es un don que la vida te regala. Luego tú tienes que trabajarlo y cuidarlo cada día para que no se pierda o se diluya.

Aunque no me gusta generalizar, una cosa que he observado en la gente joven es que suelen ser menos constantes y perder antes la motivación por las cosas. También hay que decir que existen jóvenes motivados, decididos y con muchas ganas de “comerse el mundo”. En una clase debatimos cómo veían su futuro profesional en el mundo del deporte y qué características debía poseer el profesional del deporte.

Aunque había un pequeño grupo que ni lo tenía claro ni le importaba mucho, me encantó observar cómo hay jóvenes que se forman en el mundo del deporte con las ideas claras y con un plan de acción para alcanzar sus metas de proceso y de resultado.

Lo primero que dijeron es que tienen esperanzas en dedicarse al mundo del deporte. Aspiran a lo máximo, sabiendo que ahí fuera no te van a regalar nada. Sin embargo, la predisposición y la proactividad son fundamentales para las primeras experiencias profesionales en el mundo del deporte.

Ellos mismos concluyeron que para hacer lo que quieras en el mundo profesional, lo primero que había que hacer era dedicarle tiempo y trabajo a lo que te guste y te apasione. Si de entrada a lo que te dedicas no te gusta “empezarás cuesta arriba”. Después hay que empezar a practicar y practicar. A todos nos gustaría tener un gran trabajo, bien remunerado y con unas grandes condiciones. Pero si al principio tienes que renunciar a laguna de estas condiciones, seguro que la vida al final te premiará. Y finalmente cuando tenemos los conocimientos y la práctica, nos faltará la parte de saber ser un gran profesional capaz de aplicar la inteligencia emocional y las habilidades relacionales con el resto de personas.

Haciendo lo anterior y trabajando con ilusión cada día viviendo el presente, seguro que te irá muy bien profesional y personalmente.