CON QUIÉN HABLA ESE SEÑOR

 

El otro día estaba viendo un partido de baloncesto en la televisión y mi hija jugaba en el salón. Un jugador se disponía a lanzar un tiro libre y falló. Cuando ocurrió esto, el jugador empezó a recriminarse el tiro gesticulando airadamente. Mi hija se quedó sorprendida mirando el televisor y me preguntó: “Papá, ¿con quién habla ese señor?”. Y yo le respondí: “Con él mismo”.

Mi hija no lo entendió, pero siguió a lo suyo jugando en el salón.

Lo que le sucedió al jugador de baloncesto es algo que ocurre constantemente en el deporte y en la vida. En muchas ocasiones, de manera inconsciente, hay una voz que nos habla de forma negativa y tiene que ver con el diálogo interior que ocurre dentro de nuestras “cabezas”.

Esa voz que nos habla en negativo es algo que se ha grabado en nuestra mente a lo largo de nuestra vida. Es como un disco duro en el que se han almacenado todas las críticas, sentencias lapidarias, malas experiencias, y ha formado dicha voz.

Aquí lo más importante es en primer lugar detectar dicha voz, tomar consciencia de ella. Si queremos detener la actividad incesante de la mente que dialoga constantemente con nosotros en primer lugar hay que detectarla.

En segundo lugar es fundamental calmar las emociones que alimentan nuestro diálogo interior: temores, dudas y sentimientos negativos del pasado. En este punto hay que comprender que esa voz que me habla no soy “yo”. Me he identificado a lo largo de mi vida tanto con “esa voz” que me habla en negativo que creo que soy “yo” pero no es así.

En tercer lugar es interesante poner el foco en el presente para hacer descansar nuestra atención del diálogo interior negativo.

Una mente que es capaz de tomar consciencia, calmarse y poner el foco en el presente es una mente preparada para rendir en el terreno de juego y en la vida.

Parar la lucha interna, calmar las emociones y disfrutar del juego tiene que ser el objetivo del deportista para poder así conseguir un alto rendimiento deportivo.

La voz que nos habla en negativo no va a desaparecer para siempre. Aquí, de lo que se trata es de empezar a dominar y calmar dicha voz. Cuanto más se haga esto, menos veces aparecerá y más prolongado será el periodo en el que vuelva a suceder.

Es del propio deportista de quien depende mejorar su rendimiento y ser más feliz, y el control del diálogo interior le ayudará a ello.