El otro día hablaba con un entrenador de chicos jóvenes y me decía que les veía confundidos. Y este “estar confundidos” se refería a que ahora los jóvenes se centran demasiado es varios factores que les hacen perder el rumbo personal y deportivo y les hace vivir intranquilos y desorientados.
Cuáles son las cosas que hacen perder el rumbo a los chicos y chicas actualmente: pues en primer lugar identificarse con lo que opinan los demás. Los jóvenes prestan mucha atención a lo que dicen los otros, quieren su aprobación y por eso encajan mal las críticas o les cuesta mucho aceptar dichas críticas. Esto es muy complicado, más si cabe hoy en día con el apogeo de las redes sociales. Los jóvenes y menos jóvenes están más pendientes de un “like” que de disfrutar de la vida y de las personas que les rodean. Por tanto, estas redes sociales lo que pueden provocar, si se utilizan incorrectamente, es estrés y angustia ya que tienes que dar la “imagen” de persona perfecta que le va todo increíble. Y esto es imposible.
No estoy diciendo que las redes sociales sean malas. Bien utilizadas pueden ser un medio o un recurso muy útil. El problema viene cuando estás enganchado a ellas o cuando te afecta personal o profesionalmente lo que lees y ves en ellas.
El segundo factor que hace que los jóvenes estén confundidos es identificarse con lo que haces. Si preguntásemos a 100 personas quién eres, más del 95% te diría que es algo relacionado con lo que hace (fundamentalmente te dirían que son abogados, profesores, deportistas profesionales, jardineros, entrenadores). Pero, ¿qué pasaría si te echasen de cualquiera de los trabajos que realizan estas personas? Pues que la mayoría entrarían en pánico porque básicamente, además de perder su trabajo y dinero, perderían su identidad. Somos mucho más que nuestra profesión y nuestro rol social. Si eres capaz de sentirte persona antes que lo que haces te sentirás más feliz y seguro en tu vida.
Y, por último, las personas y los deportistas piensan que son lo que “sienten”. Y esto también hace que los jóvenes estén confundidos. Claro que las emociones y los sentimientos son importantes. Claro que hay que prestarles atención y ser inteligente emocionalmente para tomar decisiones y acciones correctas. Pero no somos únicamente lo que sentimos.
Como decía antes cuando una persona o un deportista presta demasiada atención a lo que dicen los demás, a lo que hacen y a lo que sienten, pierde muchísima energía intentando controlar todo lo anterior en vez de ocuparse de vivir agradecido el presente, con aceptación y perdonándose a uno mismo y a los demás y con el objetivo de dar mi 100% en lo que hago ayudando al que tenga al lado.
Parece que todo lo anterior no tiene que ver mucho con el rendimiento deportivo, pero créeme, influye muchísimo.
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