El deporte en la sociedad es algo muy relevante y valorado, especialmente en las últimas décadas. Hasta el año 1996 no hubo en la universidad itinerarios diferente a la educación, pero a partir de este año el Plan de Estudios añadía el itinerario de ocio, recreación y salud, el itinerario de gestión deportiva y el itinerario de alto rendimiento.

Con este cambio en los planes de estudio nos querían indicar que el deporte en la sociedad tendría en las próximas décadas una mayor importancia y que los estudios de deporte no serían únicamente algo relacionado con la recreación o con la educación.

Además, el deporte en la sociedad empezó a ser importante tanto por la generación de empleo como de ingresos (que no ha parado de crecer en estos 30 años). Como dato significativo, en 2024, el sector del deporte y el fitness ha representado el 3,3% del PIB español y ha generado más de 400.000 empleos.

Pero si dejamos a un lado el impacto económico y laboral del deporte en la sociedad, por lo que creo que también es importante es por facilidad de trasmitir valores positivos en las personas a través del deporte.

Si bien es cierto que el deporte no trasmite valores positivos de manera intrínseca, la utilización del propio deporte como vehículo para el desarrollo de valores en los más jóvenes es clave para construir nuestra sociedad actual. El deporte puede ser utilizado como medio para el desarrollo personal y colectivo de la sociedad y un terreno fértil donde cultivar talentos, virtudes y actitudes que después se extrapolará a cualquier ámbito de la vida.

Aunque habrá personas que utilizarán el deporte para transmitir valores negativos como hacer trampa, simular, buscar la victoria a toda costa o agredir al contrario, son muchas más las personas que utilizan el deporte para ver cuáles son sus límites, trabajar en equipo, tener fair play o juego limpio.

Si nos paramos y reflexionamos sobre el significado profundo del deporte en la sociedad actual podemos concluir diciendo que deporte es una oportunidad única para desarrollar nuestra parte corporal, mental y espiritual. Somos cuerpo, mente y espíritu y nuestro querido deporte tiene todos los ingredientes para desarrollar de manera conjunta o separada cada uno de estos componentes.

Cuando un niño o un adulto aprende por ejemplo a gestionar una derrota o una victoria lo que está haciendo sin darse cuenta entrenarse para la vida. Aprovechemos el deporte para el desarrollo y la capacitación de las personas.