Cuando alguien me pregunta cuál es el deportista más completo, siempre contesto que el Deportista integral.
¿A qué me refiero con esto? Pues como dice la Real Academia de la Lengua, el adjetivo integral se refiere a aquello “Que comprende todos los elementos o aspectos de algo”. Por tanto, un deportista que comprende todos los elementos necesarios para desarrollarse y triunfar en el deporte tiene que tener en cuenta tres aspectos:
- Mente: La mente es el mapa que tiene el deportista para elaborar su plan de acción, tener claras sus metas, adaptarse a todos y cada uno de los problemas o situaciones adversas, saber afrontar el éxito, saber afrontar la derrota, aprender de los errores, comunicarse eficazmente consigo mismo y con los demás.
- Las emociones y el propósito (espíritu): Todos sabemos lo importante que es sentirse pleno, con confianza y seguridad ante una actuación deportiva. Si a tener talento, entrenar y dar el 100% de mí, le añado confianza y seguridad, la mezcla hace que obtengamos: éxito, rendimiento y casi siempre resultados. Y el propósito tiene que ver con tener claro para qué hago las cosas. Tener claro el fin último de mi trabajo hace que vea todo de una forma diferente y disfrute incluso cuando las cosas no van como esperaba.
- El cuerpo: Es el vehículo con el cual el deportista integral lleva a cabo sus actuaciones. Es evidente que toda situación deportiva tiene una respuesta que viene determinada por los pensamientos (mente) y por las emociones. Por tanto, ante una situación competitiva, además de tener muy bien preparado a tu cuerpo (con una gran preparación física, una alimentación equilibrada y un descanso correcto) es fundamental entrenar tu mente y tus emociones. Podríamos decir incluso que, en el deporte, antes que el cuerpo, están la mente y las emociones. Las respuestas a las situaciones (lo que hace el cuerpo) está predeterminado por la mente y las emociones.
Efectivamente, si unimos el cuerpo, la mente y el espíritu para entrenar, para jugar, para competir, conseguiremos trabajar de una forma armónica. Conseguiremos que el deportista integral esté en el punto ideal para que alcance el máximo rendimiento.
Hay veces que nos centramos demasiado en alguno de los tres aspectos y la clave es tener en cuenta los tres. Si desarrollamos y entrenamos cada uno de los tres aspectos estaremos trabajando de una forma completa al deportista.