En plenos Juegos Olímpicos de Paris 2024, quiero hacer una reflexión sobre los protagonistas: los deportistas olímpicos.
En primer lugar, quiero romper una lanza en su favor, ya que son deportistas muy especiales. Muchos de ellos sacrifican su vida, su tiempo e incluso dinero ya que sus deportes no son profesionales. Y si a esto le añades que se juegan cuatro años de trabajo en una carrera, en un combate, o en unos segundos, el mérito que tienen es grandísimo.
Tengo la fortuna en estos Juegos Olímpicos de acompañar a varios deportistas de diversas modalidades y nacionalidades, con mi trabajo de coach deportivo. Y es una gran fortuna poder ver su evolución, saber lo que han trabajado, las dificultades que han superado, y lo que piensan por dentro.
Visto desde este punto de vista, lo primero que me viene a la cabeza es que mucha gente se cree que son máquinas infalibles. Y no hay que olvidar que son personas. Personas como tú y como yo, que tienen unas capacidades especiales y unos dones naturales, pero que pueden fallar.
Me hace gracias cuando ves con algún amigo o familiar, a un deportista que está a punto de conseguir una medalla y al final no la consigue. En muchas ocasiones escuchas el típico comentario: “¡Qué malo!, “Tenía que haberlo hecho de esta manera”, … Emitimos juicios de valor sin pararnos a pensar lo duro que es prepararte para unos Juegos Olímpicos, lo difícil que es clasificarte para unos Juegos Olímpicos y lo tremendamente extraordinario que es conseguir una medalla olímpica. Muchos se centran únicamente en el resultado pasando por alto todo lo demás.
Para mí cualquier deportista olímpico merece mis respetos y admiración. Para mí, ganen o no una medalla son exitosos, ya que parafraseando al gran entrenador John Wooden, el éxito es estar tranquilo porque has dado todo para convertirte en alguien mejor. Si eres deportista olímpico y das tu máximo, no se te puede exigir nada más. Luego si además ganas una medalla, mejor que mejor.
No sé cuántas medallas conseguirán los deportistas, pero lo que sí sé es lo que cuesta llegar en este caso a París 2024 y lo realmente complicado que es llevarte alguna medalla a casa. Algunos tienen la fortuna de en sus primeros Juegos Olímpicos llevarse en deseado metal, otros lo consiguen en sus cuartos Juegos, y la mayoría no lo consiguen nunca.
Enhorabuena a todos los deportistas olímpicos por ser un ejemplo de trabajo, lucha y sacrificio. Para mí tod@s sois campeones.