DIEGO ARMANDO MARADONA. TALENTO INNATO DEPORTIVO.

 

Nunca me ha gustado entrar en los típicos debates de quién es el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos. Eso se lo dejo a otras personas que les gusta más tener la razón que ser felices.

 

Pero si tuviese que hablar del futbolista que más me ha impresionado en un campo de fútbol, sin duda, me quedo con Diego Armando Maradona. Diferenciando su vida deportiva, que fue para enmarcar, de la personal, que posiblemente haya empañado su grandeza como futbolista, siempre ha sido mi medida en el deporte del talento innato. Entendiendo este talento intrínseco como el conjunto de aptitudes o destrezas sobresalientes para hacer una tarea determinada de forma exitosa.

 

Diego era capaz de hacer cosas con el balón que no estaban al alcance de los mortales y no dejaba indiferente a nadie: desde hacer malabares con sus pies con una naranja, pasando por el mítico calentamiento con el Nápoles con la canción de “Live is life” de fondo donde, en esta ocasión, los malabares los hacía con una pelota de fútbol.

 

Maradona no estaba trabajado físicamente como los jugadores actuales, que muchos de ellos son sobresalientes atletas. Maradona parecía que físicamente le “sobraban algunos kilos”, pero cuando tocaba la pelota se producía la magia: un hombre pequeñito, “barrilete cósmico” como le bautizó el narrador deportivo Víctor Hugo Morales en “la jugada de todos los tiempos”, se pegaba la pelota al pie y sorteaba contrarios como si fuesen estatuas de forma fluida, sin esfuerzo y con una precisión atómica.

 

El valor que tenía Diego era su amor por el fútbol y ese talento lo explotó y consiguió resultados extraordinarios: Ganar ligas con el Nápoles en Italia, cosa que nunca habían conseguido hasta su llegada y que no han vuelto a conseguir. Y la gran gesta: ganar un Mundial de Fútbol, México 86, siendo decisivo y determinante en todos y cada uno de los siete partidos que disputó hasta levantar la Copa del Mundo y hacer felices a toda una nación y a todo un planeta. Me gustaría reseñar que volver a ser finalista en Italia 90, para mí también es otro hito en la historia del fútbol.

 

Como dice Andrés Calamaro: “Maradona no es una persona cualquiera, es un hombre pegado a una pelota de cuero, tiene el don celestial de tratar muy bien al balón, es un guerrero”.