Las creencias son programaciones para el éxito o para el fracaso. Y para ello vamos a contar una historia real que ocurrió en el año 1954.
Durante 100 años se “creía” que el hombre no sería capaz de bajar la carrera de la milla (que equivale a 1,609 kilómetros) de los 4 minutos. Los médicos y fisiólogos de la época subrayaban que el corazón podría reventar y que los músculos y huesos se fraccionarían.
Pero el 6 de mayo de 1954 se rompió esta creencia. Roger Bannister hizo lo que posteriormente se conoció como la “milla milagro” y recorrió esos 1,609 kilómetros en 3 minutos y 59 segundos.
¿Cuál fue el éxito de Bannister? Que decidió romper esa creencia a pesar de que todo el mundo pensara lo contrario. Baninster escribió: “Me preparé a mí mismo de modo cuidadoso y concentrado. Traté de establecer el record con la actitud del ahora o nunca porque sabía que, a menos que tuviese éxito en alcanzar esa actitud, quizás perdería la oportunidad abandonándome a esa reacción mental tan común entre los atletas: esto es, pensar que siempre habrá una siguiente oportunidad para decidir, que quizás hoy no sea el día”.
Hasta aquí la historia no es muy espectacular ya que se podría pensar que constantemente se rompen records y que algunos tardan más que otros.
Pero lo realmente curioso fue lo que pasó en las semanas posteriores. Jonh Lundy seis semanas después del record de Bannister lo bajó un segundo, a los 6 meses ya había 37 atletas que había bajado de 4 minutos y a los 9 años la cifra superaba los 200 corredores.
¿Qué había sucedido? ¿Por qué en tan poco tiempo había tantos corredores que había bajado de los 4 minutos?
La respuesta: porque hubo una persona (Roger Bannister) que allanó el camino a los demás. Superó una creencia, que era “no poder bajar de los 4 minutos la milla”, y al superarla él, todos los atletas vieron que era posible y también lo lograron.
En la vida y en el deporte nos ocurre constantemente. Queremos conseguir metas extraordinarias pero las dudas, los miedos, lo que dicen los demás nos frena en forma de creencias limitantes y tiramos la toalla. Cuando nos enfrentamos a estos miedos, dudas y a los demás poniendo acción en lo que creemos, el éxito personal y deportivo está muy cerca de conseguirse.
Bannister hizo algo que marca la diferencia: rompió un paradigma, una forma de creer, u cambio de pensamiento.