Hay un dicho que dice que: “el éxito llama al éxito”. ¿Qué es lo que quiere decir exactamente esta frase?
Pues que el efecto que tiene el éxito precoz en un deportista o en una persona que no practica deporte va a influir notablemente en las siguientes experiencias similares y por tanto el éxito llama al éxito.
Y todo esto tiene bases científicas, no es solo una intuición o una idea. Ian Robertson, profesor del prestigioso Trinity College de Dublin, habla del “efecto ganador”. A todos nos gusta ganar, es algo que nos hace sentir bien. Pero es importante el cómo lo conseguimos. Es decir, si busco el éxito a toda costa, sin pensar en los demás, para mi propio beneficio y con egoísmo, aunque consiga un gran triunfo no me sentiré pleno. Sin embargo, si soy capaz de obtener éxito de una forma colaborativa y pensando no solo en mi beneficio sino también en el beneficio colectivo, la cosa cambia y la sensación de plenitud y pertenencia es mayor.
Hay que tener cuidado porque como señala Robertson, podemos “engancharnos” al éxito. Se ha comprobado que hay circuitos y activaciones cerebrales similares en el sexo, la droga o el éxito. Esa dopamina que produce nuestro cerebro es positiva, pero puede producir “adicción”.
Otro punto importante de que el éxito llama al éxito es el enfoque que tenga sobre este tema. Los deportistas que tengan un enfoque fijo (los que piensan que el talento es algo innato y que si no ganas fracasas) lo van a pasar mal cada vez que experimenten un revés deportivo. Sin embargo, los deportistas que tengan un enfoque incremental (los que se centran en el esfuerzo y se retan para progresar) van a percibir el fracaso como una estrategia para progresar y se van a felicitar por los esfuerzos y no por los resultados. Van a arriesgar para salir de su zona de confort y esto les llevará a nuevos aprendizajes, nuevos retos y nuevos resultados positivos.
Los deportistas que tienen integrado este efecto ganador, van a ser deportistas con más confianza, más enfocados, más inteligentes y más seguros. Por tanto, en ellos se aplicará que el éxito llama al éxito.
Nosotros como profesores y como técnicos deportivos tenemos un gran poder y una gran responsabilidad al transmitir esto a nuestros alumnos y deportistas. Con nuestra forma de ver la vida y deporte estamos influyendo a las futuras generaciones.