Cuando alguien me pregunta cuál es clave a la hora de afrontar una final olímpica, un partido importante o una final, yo respondo sin ninguna duda: “Equilibrio siempre”. Cualquier competición genera pensamientos que inquietan al deportista y el no saber gestionarlos o afrontarlos puede mermar el rendimiento o provocar alteraciones en el resultado final. Por tanto, el equilibrio mental, dominar tú la situación y no la situación que te domine a ti es fundamental.
Cuando un atleta se enfrenta a una final, lo puede vivir de dos formas: como una amenaza o como una oportunidad, es decir, lo puede ver como algo muy complicado a lo que nunca se ha enfrentado que provoca dudas, miedos, bloqueos, o por el contrario puede vivirlo como una auténtica fiesta, algo que disfrutar y vivir cada instante para recordarlo con cariño a lo largo de los años.
Aquí la clave está en vivir el presente. Vivir cada cosa cuando toca. Si el deportista está preocupado por lo que puede pasar, no está viviendo el presente, está en el tiempo futuro de las posibilidades. Y como el futuro no se puede cambiar porque está por llegar, se tiene cada vez más preocupación. También puedes pensar en el pasado, en otra competición, en lo que has hecho o dejado de hacer antes del partido. Pero tampoco te va a ayudar, ya que el pasado no se puede modificar. Únicamente puedes modificar, disfrutar, aprender y mejorar en el presente. Cuando vives el momento presente puedes crecer y puedes evolucionar. Las finales, los partidos importantes se ganan cuando el deportista tiene un gran equilibrio mental. Cuando están totalmente inmersos en la acción y viviendo cada instante, con equilibrio siempre, las cosas se ven de otra manera, tienes más claridad en las acciones que ejecutas, y como decíamos antes, eres tú quien controla el partido y no el partido el que te controla a ti.
No es casualidad que los grandes de cada deporte (Michael Jordan, Rafa Nadal, Usain Bolt, Messi, Serena Williams, etc.) mantengan la calma en todo momento y sepan gestionar lo momentos más tensos de la competición con equilibrio siempre y con una calma pasmosa. Curiosamente, en estos momentos es cuando más tranquilos, más serenos y más calmados se muestran y cuando toman las mejores decisiones, que hacen que al final ganen el partido, el torneo o la competición.
Suelo decir que la vida no es casualidad, es causalidad. Es decir, que ganen habitualmente los de siempre, se debe a que suelen ser los mejores preparados física, técnica, tácticamente y mentalmente.