Ikigai
La primera vez que escuché la palabra ikigai, no tenía ni idea de su significado. Lo primero que hice fue recurrir a Google para ver su definición. En el buscador decía: “es un concepto japonés que significa «la razón de vivir» o «la razón de ser». Todo el mundo, de acuerdo con la cultura japonesa, tiene un ikigai. Encontrarlo requiere de una búsqueda en uno mismo, profunda y a menudo prolongada”.
Por tanto, ikigai tiene mucho que ver con el concepto que nosotros tenemos de propósito. El ikigai japonés equivale a nuestro propósito. Esa razón por la que las personas se levantan por la mañana, lo que te motiva en la vida.
Cuando una persona, deportista o entrenador tiene claro por qué se levanta por la mañana, tiene mucho ganado, ya que su actitud hacia la vida es diferente y se acerca a vivir con más alegría cada día.
Profundizando en el término japonés, hay algo muy interesante. Dicen que el ikigai (propósito) es la unión de varios conceptos:
- Lo que amas (que es la unión de la pasión y tu misión).
- Lo que el mundo necesita (que es la unión de tu misión y tu vocación).
- Aquello por lo que pueden pagarte (que es la unión de la vocación y la profesión).
- Aquello en lo que eres bueno (que es la unión de la profesión y tu pasión).
Es evidente que, viviendo o trabajando en el mundo del deporte, muchos entrenadores, deportistas o profesionales tienen claro su ikigai, ya sea de forma consciente o subconsciente. No estamos diciendo que sea la única profesión donde predomine esta vivencia, pero por experiencia, podemos decir que las personas que rodean al deporte viven con felicidad su profesión y tienen claro por qué se levantan por la mañana. Esto tristemente no ocurre en otras profesiones.
Y por qué sucede esto. Simplemente porque en el deporte se siguen una serie de “leyes” que rigen el ikigai:
- Mantenerse siempre activo y nunca retirarse. Seguir hasta el final, estar activo y mantenerse en forma es algo intrínseco del deporte.
- Vivir el momento y tomárselo con calma. El presente es lo único que cuenta, tanto en la vida como en el deporte. Si además te lo tomas con tranquilidad y tu mente está en calma, todo irá mejor.
- Sonreír, dar las gracias y rodearte de buenas personas. Si hay algo que me gusta de mi trabajo es que esto lo hago todos los días. Y esto no tiene precio.
Cuando alguien vive con su ikigai claro, tiene la fortuna de haber encontrado un grandísimo tesoro. Pero no hay que relajarse. Este trabajo de búsqueda no acaba nunca. Te animo a que busques tu ikigai.