JUEGOS OLÍMPICOS: UNA ESCUELA DE VIDA
Cuando era un niño me encantaba ver las Olimpiadas y cómo los deportistas ganaban medallas y conseguían sus objetivos. Era algo que me hizo aprender a perseguir mis objetivos y conseguirlos, toda una escuela de vida.
Los años han pasado, y no es que haya dejado de admirar cómo los atletas y los equipos se esfuerzan y se dejan la vida por conquistar un sueño, sino que afortunadamente soy capaz de apreciar cosas que antes se me escapaban por centrarme únicamente en la victoria.
Ahora, lo que más me gusta de unos Juegos Olímpicos no es ver a los deportistas ganar, sino ver qué hay detrás de esas victorias para así poder aprender de ello y mejorar.
Río 2016 está a punto de concluir, pero ya hemos podido conocer historias de muchos deportistas que son un ejemplo de vida.
No voy a decir nada de las grandes estrellas como Michael Phelps o Rafa Nadal, ya que siendo un ejemplo para todos, les conocemos a fondo por ser muy mediáticos. Me gustaría destacar a todos esos deportistas que no aparecen en ninguna foto, ni ganan medallas pero que trabajan cuatro años sin descanso para participar en unos JJ.OO.
El primer ejemplo de vida es Maialen Chourrat, la piragüista que nos enseñó que, como ella mismo dice: » Es posible practicar deporte de alto rendimiento y ser madre». Mailen, después de ser medalla en Londres 2012, se quedó embarazada y estuvo entrenando hasta dos días antes de dar a luz. Además de sus obligaciones como deportistas de élite, en este periodo olímpico ha tenido que cuidar de su hija y encima ha mejorado su bronce de Londres consiguiendo una medalla de oro. Esta donostiarra ha demostrado que con trabajo y organización es posible conciliar vida profesional y familiar.
Con Anthony Ervin hemos aprendido que una persona nunca es mayor para hacer o conseguir algo. Anthony ganó 2 medallas en Sidney 2000, y tras retirarse, con 35 años ha vuelto a ser oro en unas olimpiadas después de 16 años, pesando y midiendo mucho menos que sus oponentes en los 50 metros libres de natación.
Por último, Cooper Walz, palista español que ha conseguido otra medalla de oro, nos ha enseñado que cuando uno cae puede salir a flote cambiando de actitud y con trabajo. El piragüista estuvo hundido mentalmente al no responder a las expectativas de los resultados y fue el último en clasificarse para Rio 2016. Además, tuvo problemas con el pasaporte por problemas burocráticos ya que su madre es alemana y él nación en Inglaterra. Pero el sueño de estar en unas Olimpiadas le hizo salir a flote y con 21 años ha conseguido un oro que nadie esperaba. Cuando uno se relaja, disfruta de su deporte y se centra únicamente en la tarea es capaz de dar lo mejor de uno mismo y conseguir resultados extraordinarios.
Estos son algunos de los ejemplos de vida que nos enseñan los deportistas que están participando en Río 2016. Muchas gracias al los deportistas y al deporte por ser una escuela de vida.
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