La grandeza de Nadal
No se ha hablado mucho en los medios de comunicación, ni ha transcendido mucho lo que ha hecho Rafa Nadal en el Open de Australia. Pero la grandeza de Nadal es cada vez mayor.
Si Nadal hubiera conseguido una nueva victoria en Australia habría salido en todas las portadas de periódicos y en las noticias de televisión como primera noticia.
Pero, como Djokovic le ganó la final, y encima con solvencia, los medios de comunicación no dieron mucha más importancia al resultado ni a lo que hizo Rafa.
No obstante, aquí es donde radica la grandeza de este jugador, y donde está el gran ejemplo para los niños y no tan niños. Nuevamente Nadal, se comporta como un verdadero crack y no se muestra enfadado por no haber conseguido un nuevo gran título, sino que va más allá del resultado. Como decían en un artículo:” No pierde por el VAR, ni porque hay una campaña cósmica contra él, ni porque le molestan los focos, ni porque el árbitro le roba, ni porque le duele aquí o allá o el calendario está así o asá. Pierde porque hay un compañero enfrente que lo ha hecho mejor o él no ha estado a su nivel. Así de sencillo”.
Su rueda de prensa posterior muestra lo que el deportista es como persona y como profesional. Algunos podrían decir que se comporta así porque lleva muchos años en su deporte y ya ha conseguido muchas victorias. Pero todos hemos visto como deportistas notables que ha ganado mucho, cuando pierden se comportan de manera antideportiva y de malas maneras atienden a los medios sin dar ni siquiera la enhorabuena al rival.
Nadal lo volvió a hacer y tras las preguntas de los periodistas, sus respuestas fueron las de siempre: “el rival ha sido mejor, y esto sirve para seguir trabajando y volver a intentarlo en el siguiente torneo”. Luego recoge sus cosas, da las gracias educadamente a todos y se va al vestuario a cambiarse.
Rafa es uno de los deportistas que encajan tanto la victoria como la derrota con una naturalidad pasmosa y eso hace que la grandeza de Nadal como decíamos anteriormente sea cada vez mayor. Ya no solo por su juego, por sus títulos, sino por la forma de comportarse y por como afronta la vida y el deporte.
Cuando un deportista es admirado incluso cuando pierde y cuando la gente ve a este deportista incluso cuando no es su día, es porque se sabe que lo va a dar todo y que no va a tirar la toalla. Esta es la grandeza de Nadal.