El otro día comía con una persona de negocios. Salió el tema de los líderes (deportivos y de empresa) y la primera conclusión a la que llegamos fue: Lidera tu vida. Si un líder no es capaz de liderarse a sí mismo, de tener una vida ordenada y armónica, difícilmente lo podrá hacer con su equipo. Parece obvio, pero como decía Albert Einstein: el ejemplo no es la principal forma de influir en los demás, es la única. El jefe o el entrenador que dice una cosa y además la hace se está ganando a su equipo.
En segundo lugar, es clave la forma de ver, mirar y tratar al equipo. Un líder debe mirar y escuchar de una forma neutra, como si fuese un observador a cada miembro de su equipo y siempre tratando de no juzgar por adelantado. Tiene que ir más allá de lo que sucede, eliminando las emociones negativas y tóxicas para poder profundizar en las necesidades del equipo, las necesidades de cada miembro y las propias necesidades.
En tercer lugar, un líder tiene que ser capaz de empoderarse y empoderar a su equipo. Si desde el convencimiento y desde el corazón eres capaz de hacer cada vez más fuerte, poderoso e influyente a cada uno de los miembros del equipo estarás liderando de verdad. Steve Jobs cuando estaba diseñando su primer ordenador Macintosh dijo: “Podría hacer muchas otras cosas en mi vida, pero el Macintosh va a cambiar el mundo. Yo lo creo y he escogido a gente que también lo cree para el equipo”. Cuando alguien convencido, convence al equipo (no “vendiendo humo”, sino con argumentos) hace que él y su equipo vuele.
En cuarto lugar, es clave la pasión y los valores. La pasión, los valores y la claridad en el propósito son las tres cualidades clave para que des un salto cuántico en el liderazgo. Todo líder comienza con una pasión y con una visión concreta. A lo anterior, además le añadieron mucho trabajo y un “sentimiento de propósito”. Y para ello se apoyaron en los valores esenciales en los que sustentaron su trabajo.
Por último, y no menos importante, está la acción y la corrección. Es decir, no vale únicamente las buenas palabras, empoderar, la pasión, los valores. Hay que ponerse en marcha. Incluso en ocasiones no se acertará, pero eso no es lo más importante. Lo importante es aprender de dichos errores y cambiar de rumbo si es necesario.
Líder, lidera tu vida y lideraras a tu equipo.
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