Hay un concepto en el deporte que es luchar. Cuando se habla de luchar, parece que tienes que pegarte con el oponente o que tienes que utilizar estrategias prohibidas para ganar al equipo contrario. Tiene ciertas connotaciones negativas, pero no nos referimos a esto. Luchar en el deporte se refiere a esforzarte para hacer lo mejor que puedas el deporte que estés practicando.
Aquí en este punto es importante resaltar que esta lucha no se ejerce contra nadie, sino que es “contra ti mismo”. Es decir, no se trata de luchar contra el oponente, sino que se trata de centrarse en ti mismo y dar tu máximo.
Cuando entras en una cancha o en terreno de juego, esta lucha se mide por tu intensidad, por la agresividad dentro del campo. Pero nuevamente, este término de agresividad puede tener ciertas connotaciones negativas. La agresividad de la que estamos hablando no es pegar al rival o aplicar estrategias antideportivas. Tiene más que ver con luchar cada punto, cada jugada hasta la extenuación, tiene que ver con apretar los dientes y sacar las uñas para trabajar al máximo y defender a mi equipo o mi posición.
El luchador tiene esa agresividad en la pista, pero la tiene controlada (no es la agresividad la que te controla a ti), el deportista está preparado en todo momento para afrontar el siguiente punto, la siguiente jugada, el siguiente partido. Cuando acaba el partido, tanto si gana como si pierde tiene paz y tranquilidad.
En definitiva, luchar en el deporte tiene que ver con dar tu máximo, ponerle la máxima intensidad y hacerlo hasta el final. Como decía mi querido John Wooden: “Los jugadores luchadores nunca pierden un partido: simplemente se les acaba el tiempo”.
Un jugador que se esfuerza y da su máximo no es un perdedor, es un luchador. Un jugador que tiene unas pequeñas molestias y juega a pesar de ellas es un luchador. Un jugador que no se rinde y continua hasta el final es un luchador.
Es cierto que en la sociedad actual no es muy popular ni se promueve luchar. Ser un luchador es algo que muchos lo quieren evitar. Prefieren lo cómodo, lo fácil, lo que no requiera esfuerzo. Pero en el deporte hay una cosa muy clara: si no eres luchador, si no das tu 100%, ni te esfuerzas y sigues hasta el último segundo seguro que otro se come la tostada.
De ti depende, tú eliges si quieres luchar o te quieres rendir.
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