Hay maneras de ganar y maneras de ganar. También hay maneras de perder y maneras de perder. Y las dos cosas, ganar y perder, tienen que ver con las maneras de vivir.
¿Qué significa esto de maneras de vivir? Que independientemente del resultado hay otras cosas “intangibles” que pueden ser lo más importante, que pueden marcar la diferencia.
Está acabando el Mundial de Fútbol 2022 de Qatar. Como en todo en la vida ha habido cosas positivas y menos positivas. Pero no me voy a parar en esto. Quiero poner ejemplos, sin nombrar a los jugadores y a los equipos ya que no es lo importante, de cómo los niños y niñas del planeta Tierra y los menos niños absorben comportamientos, actitudes y formas de afrontar la derrota y la victoria, en definitiva, de afrontar la vida.
El primer caso es el de dos jugadores que tras uno pasar a la siguiente eliminatoria y el otro caer en la tanda de penaltis, al finalizar el partido se saludan con cariño porque han sido compañeros en el mismo club. Las cámaras muestran su saludo de respeto y cariño, y que por encima del resultado están las personas. Un gran gesto que puede ser imitado por los jóvenes deportistas. Si a los más grandes del fútbol, se les ve después de una eliminación de una Copa del Mundo tomarse la derrota de esta manera seguramente muchas niñas y niños harán lo mismo cuando pierdan un partido. No es que les tenga que dar igual. Es normal que estén tristes, pero pueden dar la enhorabuena a sus rivales y mostrar su caballerosidad al finalizar este juego.
La manera en cómo afrontan los deportistas de élite y los jóvenes deportistas la competición es fruto de un aprendizaje, de una educación y de una transmisión de valores. Cada partido, cada entrenamiento es un gran momento para aprender y poner en práctica las diferentes maneras de vivir.
Otro ejemplo menos positivo vivido en el Mundial fue la eliminación de otra selección nacional. Tras el pitido final un jugador se marchó llorando caminando hacia el vestuario, sin saludar a los rivales, sin consolar a sus compañeros y sin agradecer el apoyo a su afición. No estoy diciendo que llorar y que sientas tristeza sea malo. Es muy humano mostrar tus emociones y sentimientos. Pero hay que ser grande en la victoria y en la derrota. Lo puedes sentir enormemente, puedes incluso mostrar tu frustración, pero dando la cara, animando a los más jóvenes de tu equipo mostrándoles que se ha dado todo y que habrá nuevas oportunidades, agradeciendo al público su apoyo y mostrando respeto a sus rivales.
Una periodista en una entrevista con otro jugador del Mundial de Qatar 2022 señaló que había cosas más grandes que ganar una Copa del Mundo, y era ser un referente, un ejemplo para los niños de todo el mundo. Todos queremos ganar “la Copa”, pero más allá del resultado hay una cosa muy importante y es marcar la vida de la gente y esto es más grande que una Copa del Mundo. Hacer sentir a las personas y hacerlas felices es lo más grande. Y luego si se gana de esta manera mejor que mejor, es la guinda del pastel.
No sé quién ganará el Mundial, pero yo ya me llevo grabado en la cabeza y en el corazón gestos, comportamientos y actitudes que me sirven para emocionarme, para sentir felicidad y para seguir aprendiendo y viviendo el deporte y el fútbol.
Si quieres leer artículos como este lo puedes hacer en www.coachingdeportivo.com/blog