MICHAEL PHELPS GANADOR DE LA VIDA
Cuando acabaron los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Michael Phelps era una estrella mundial. Se convirtió en el máximo medallista olímpico de la historia con 18 oros, 2 platas y 2 bronces y anunció su retirada como el mejor nadador de la historia. Además, Phelps, anteriormente había superado al mítico Mark Spitz, sumando ocho oros en una sola Olimpiada (Pekín 2008).
Parecía que había logrado un sueño y que después de eso no le quedaba nada por hacer. Pero este triunfo no fue más que el inicio de su declive. Tras el anuncio de su retirada, ya que según sus palabras: “se había hartado de la natación”, rompió con su novia, y con mucho tiempo libre y mucho dinero se dedicó a “salir de fiesta”, beber y drogarse hasta que no pudo más, entrando en una clínica de desintoxicación.
Normalmente, salir de esta situación tan catastrófica es todo un hito para cualquier persona. Pero Michael ha sido capaz de ir más allá. Después de volver con su novia, reconciliarse con familiares y tener un bebé de cuatro meses, Phelps, “el tiburón de Baltimore”, ha logrado recuperarse físicamente, mentalmente y volver a competir en unos Juegos Olímpicos batiendo los pocos records deportivos que le quedaban.
Michael, además de ser el máximo medallista en la historia de los Juegos Olímpicos, con 28 medallas en total, 23 de oro, 3 de plata y 2 de bronce, ha superado a Leónidas de Rodas en número de medallas de oro ganadas de manera individual en unos Juegos (Leónidas de Rodas en el año 152 a.C. alcanzó un total 12 medallas de oro en el ámbito individual). También ha igualado el récord de Al Oerter (lanzador de disco) y Carl Lewis (salto de longitud) ganando un evento olímpico cuatro veces de manera consecutivas.
Pero lo más importante es que Michael Phelps ha ganado una batalla a la vida y la ha “recuperado”. Como el nadador comentaba a los periodistas: “He sido capaz de volver y he sido capaz de lograr cosas que simplemente soñé«.
Gracias a caer y levantarse ahora puede valorar lo que tiene y disfrutar. Phelps dice que: “Los últimos dos años han sido un viaje maravilloso. Un viaje que me ha convertido en la persona que soy ahora. Ahora soy yo”.
El padre adoptivo de Phelps dice que “Michael está con los pies en el suelo. Está cuidándose muy bien. Y desde luego, tiene muchas más cosas de qué ocuparse, aparte de la natación y los entrenamientos. Está su hijo. El niño ha cambiado su vida, su forma de mirar las cosas”.
Habrá muchas personas que solo se fijan en los éxitos deportivos de las estrellas, pero creo que lo más importante es que Michael Phelps es un ganador de la vida.