No sé si es que me estoy haciendo mayor, pero cada vez le doy más importancia a las personas que a cualquier otra cosa. Y esto me pasa tanto en el mundo del deporte como en la propia vida.
Por ejemplo, en el día a día, antes era especialmente estricto y escrupuloso con cumplir con la norma y lo que era correcto y justo. Ahora, no es que no me importe, pero me centro más en las personas, en su situación y contexto para poder decidir o intervenir. Trato de ser más empático y compasivo y procuro ver el lado humano para poder entender a la propia persona.
En el deporte, me pasa lo mismo. Antes le daba una importancia absoluta al resultado y a ganar. No me importaba mucho el resto de cosas. Y ahora, no es que no quiera ganar, pero me preocupo de dar el máximo y nuevamente de las personas. Es como si esa idea inicial hubiese evolucionado y ahora lo ves de una forma nueva. Quiero ganar, quiero conseguir éxitos, porque no te levantas con el objetivo de hacer las cosas mal, pero ahora la perspectiva ha cambiado. Ahora únicamente te centras en dar tu 100%, en hacer felices a los demás y en ayudarles en lo que esté en tu mano.
Hace poco, veía un documental de un exjugador de baloncesto donde se reunía con sus viejos compañeros y entrenadores. Evidentemente que hablaban de los éxitos, de las victorias y de los logros. Pero cuando realmente se emocionaban o les tocaba el corazón era cuando recordaban a otro compañero o alguna vivencia personal que experimentaron y que guardaban en su corazón. Estas experiencias vitales son las que realmente quedarán grabadas en nuestro disco duro de la memoria para el resto de nuestras vidas.
Parece que en el deporte de alto rendimiento no hay espacio para el lado humano, pero afortunadamente sí lo hay. Existen muchos deportistas, técnicos, entrenadores, médicos, fisioterapeutas, etc. que no solo se preocupan por el deportista, sino que también por la persona. Y esto es lo que marca la diferencia y lo que realmente importa.
El otro día leía una entrevista a un futbolista muy exitoso internacionalmente y decía que había estado toda su carrera deportiva deprimido (a pesar de haber sido muy exitoso). Comentaba que la principal razón fue que su padre nunca se preocupó de su “hijo” sino de del “futbolista”. El dolor, el poco tacto humano y la exigencia extrema hizo que este conocido futbolista lo pasase tan mal y que sintiera tan poco calor humano.
Recuerda que cuando te vayas de esta vida lo único que te vas a llevar son tus vivencias y lo que has amado y querido a los demás. El resto: logros, victorias, títulos, dinero, posesiones materiales, se quedará aquí en la Tierra.