Qué es lo que persigues
Cuando nos embarcamos en un objetivo o una meta, ya sea personal o profesional hay que preguntarse realmente: ¿ Qué es lo que persigues ?
Esta pregunta que parece muy simple en modo alguno lo es ya que la respuesta puede ser muy profunda y tener la clave del verdadero éxito. Teniendo en cuenta que el éxito no es únicamente conseguir el objetivo, sino sentirte tranquilo porque lo has dado todo para convertirte en alguien mejor, como decía el mítico entrenador de baloncesto John Wooden.
Cuando alguien se plantea que quiere ganar un título, un ascenso, o comprarse un coche nuevo tiene que tener en cuenta o diferenciar dos cosas:
- Por un lado está lo que se llama el “símbolo”, que es algo que tiene que ver con lo material y lo externo. En los ejemplos anteriores quiero la copa de Campeón de Liga, quiero subir a primera división o quiero el coche “X”.
- Por otro lado está lo que se experimenta con ese objetivo. Es decir, la experiencia que se tiene al obtenerlo. En los ejemplos anteriores al alcanzar estas metas puedes sentir felicidad, plenitud, realización, libertad. Y esto que se experimenta tiene mucho que ver con el “ser”, lo que se siente y lo interno. Precisamente lo que nos hace crecer, mejorar y progresar.
Por tanto, dependiendo de dónde se ponga el foco cuando se consigue una meta, la consecución de la misma puede servirme para disfrutar, crecer y compartir, o para alimentar mi ego, estancarme y quedármelo para mí.
Todo lo hablado hasta ahora tiene relación directa con dos procesos inversos: El proceso de TENER, HACER Y SER versus el proceso de SER, HACER Y TENER.
Tristemente nos han enseñado en la sociedad en que vivimos que para ser felices hay que tener muchas cosas. Las personas están toda su vida persiguiendo “cosas”, objetivos, que en ocasiones no se consiguen, lo que conlleva cierta frustración. Pero otras veces es peor porque cuando consigues dicha meta descubres que, aun teniéndola, puede que no te sientas feliz. Por tanto el proceso TENER, HACER, SER no es el más virtuoso. Aunque tenga muchas cosas, y haga muchas cosas, si no te sientes feliz, pleno, realizado no te servirá de nada.
Sin embargo las cosas cambian cuando en primer lugar te sientes interiormente en paz contigo mismo, tienes claro qué es lo importante y estás agradecido por ello. De esta forma eres capaz de hacer infinidad de cosas que conllevará tener amplias oportunidades e incluso “premios materiales”. El proceso SER, HACER, TENER es el que te da la felicidad plena y en el que creces y te realizas como persona y como profesional.
¿ Tienes claro qué es lo que persigues ?