RAFA NADAL. EL PODER DE LA MENTE
Hablar de Rafael Nadal después de volver a hacer historia es relativamente fácil. En los momentos en los que un deportista de élite como él gana, todo el mundo le elogia y la prensa ensalza su figura: diez Roland Garros, quince Grand Slam, innumerables records,… Pero lo que realmente es admirable del tenista manacorí es su actitud y su mentalidad.
Cuando muchos le daban por muerto, cuando otros decían que su carrera deportiva sería muy breve, después de dos años de lesiones que le impedían competir al cien por cien, llega Rafa y vuelve a dar una lección ganando de una forma contundente, incluso se podía decir que ha ganado como si no le hubiese costado, aunque es evidente que realmente lo que ha hecho ha sido gracias a su esfuerzo y trabajo.
Retomando la mentalidad de Nadal, quiero hacer referencia a sus declaraciones tras ganar su décimo Roland Garros. Otros deportistas sacarían pecho por su gesta, o recordaría con rencor a los que le han criticado, pero el tenista comentó lo siguiente: “Ni hace seis meses estaba tan acabado ni ahora soy tan bueno… Soy de las personas que piensan que las cosas van ocurriendo y punto; no soy muy eufórico cuando las cosas van muy bien, ni tampoco muy negativo cuando van mal; soy una persona más o menos estable. Intento asumir lo que va ocurriendo desde la naturalidad, sin hacer alardes ni grandes dramas. Esa perspectiva es la que me funciona y con ella sigo adelante”.
Gracias a ese equilibrio mental, Rafa es capaz de asimilar tanto la victoria como el fracaso como algo normal, como algo que puede ocurrir, que está dentro de las posibilidades. Y cuando alguien vive con tal naturalidad lo que va ocurriendo, lo que sucede es que, además de disfrutar más de la vida, está abierto a que le ocurran cosas maravillosas.
A la pregunta del periodista de cómo llevaba eso de ser una “leyenda” Nadal respondía: “Con total normalidad. No es nada que me preocupe y disfruto del día a día. Agradezco todo el cariño que me da la gente. Todos los elogios son más que bienvenidos, al igual que cuando hay críticas, siempre y cuando sean respetuosas. Son parte de nuestro mundo. Soy consciente de que la carrera que tengo es muy especial, pero ahora no voy a creerme otra cosa diferente a lo que siempre me he creído. Soy muy consciente de que todas estas cosas que me están ocurriendo son pasajeras y sé que dentro de unos años, no muy lejanos, seré un ciudadano más. Es mejor no subirse muy hacia arriba porque si no la caída será muy grande, con lo cual intento siempre estar al nivel del mar”.
Nuevamente, cuando alguien vive relajado, disfruta del presente, agradece y es humilde no se asegura ganar títulos pero sí ser más feliz.