En la vida hay una serie de reglas que son necesarias conocer. El reflejo de tu interior, o lo que llaman la “Ley del Espejo”, es también la Ley Universal que dice que: “Como es dentro, así es afuera”.
Desde la antigüedad, muchas filosofías y tradiciones han seguido esta ley. Lo que quiere decir es que nuestro mundo exterior es un reflejo manifiesto de nuestro mundo interior. Cuando lo escuché la primera vez no me lo creía y pensé: ¡qué tontería, no tiene sentido!, pero he ido comprobando con el tiempo que es muy cierto.
Todos hemos tenido ese día en que parece que lo malo te está espera. Te levantas malhumorado y no funciona el agua caliente, desayunas y se te cae la tostada en la cocina, vas a trabajar y todos los coches se interponen en tu camino para que llegues tarde. Luego, en el trabajo, tu jefe está especialmente pesado y te acaba fastidiándote el día. Cuando llegas a casa, lo normal es que discutas con quien estés, y si no tiene a nadie es posible que lo hagas con el perro o con tu misma sombra. Con tus pensamientos negativos, actitudes y conductas estás atrayendo durante todo el día más de lo mismo.
Sin embargo, también habrás tenido la experiencia contraria. Te levantas y te parece que el día es estupendo. Digo te parece porque todavía no sabes lo que va a pasar, pero tu actitud hacia ese día es totalmente diferente a la del primer ejemplo. En este caso todo funciona a la perfección, tienes tiempo suficiente para llegar al trabajo y ser amable con el conductor que te ha hecho “una pirula” en la rotonda. En el trabajo, aunque tu jefe te echa la bronca no se lo tienes en cuenta porque a él se la acaba de echar su jefe superior y entiendes que está sometido a mucha presión. A pesar de ello, sigues disfrutando del día y llegas a casa y le cuentas a tu mujer, o a tu perro, el día tan maravilloso que has tenido.
Fíjate en ambos casos. A pesar de que no ocurren cosas extraordinarias, es tu actitud y la forma en que afrontas cada situación lo que determina tu grado de felicidad. En el segundo ejemplo, a pesar de que hay ciertos aspectos que podríamos llamar “negativos” tu actitud es totalmente diferente porque te lo tomas de una forma relajada y con cierto humor. La vida exterior es un reflejo de tu interior.
Efectivamente, la paz interior lleva la paz a tu vida exterior. No hace falta que ganes o que te toque la lotería para sentir esa paz interior.
Por tanto, para cambiar tu vida exterior debes dirigir la mirada hacia tu vida interior. Cuando cambias los pensamientos, emociones y sentimientos, las conductas comienzan a ser más efectivas y los resultados son inmejorables. La vida exterior es un reflejo de tu interior.