Últimamente se ha puesto de moda la palabra resiliencia en el deporte. Incluso hay deportistas que se lo tatúan en sus cuerpos como recordatorio o como una palanca que les ha hecho superarse y alcanzar grandes cotas.
Si buscamos lo que significa resiliencia, podemos ver que es: “el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras”.
Si traducimos por tanto la palabra resiliencia en el deporte se puede encontrar que “permite superar las situaciones difíciles (presión, lesiones, derrotas), tanto dentro como fuera del ámbito deportivo”.
En la trayectoria de un deportista es evidente que va a encontrarse con momentos buenos, pero también vivirá momentos complicados donde la presión de la competición, los malos resultados o las propias lesiones va a afectar al ánimo y a la confianza. Y no solo va a estar afectado por situaciones deportivas, sino que también influirán factores extradeportivos como pueden ser: problemas familiares de diversa índole (rupturas, problemas laborales, etc.), problemas laborales o problemas económicos.
Por tanto, como podemos observar, un deportista no es una máquina que hace deporte, compite y gana. Es una persona, un ser integral, que le afecta lo que le sucede tanto en el exterior como en el interior de sí mismo.
Aquí es donde entra en juego la gestión emocional del propio deportista, tanto interna (inteligencia intrapersonal) como la externa con el entorno u otras personas (inteligencia interpersonal). La unión de ambas inteligencias (intrapersonal e interpersonal) nos da la inteligencia emocional que tiene una persona que es la capacidad de responder positivamente a las emociones mediante conductas adecuadas.
Por tanto, tanto en la vida como en el deporte, lo más importante no es lo que nos sucede, sino como gestionamos y afrontamos lo que nos pasa. He visto como deportistas que lo tenían prácticamente imposible han sido capaces de superar la adversidad y conseguir la gloria. Pero también he visto a deportistas que se hundían en la miseria cuando lo que les había pasado no tenía ninguna importancia o trascendencia.
Aquí lo que inclina la balanza hacia el éxito o el fracaso es la resiliencia en el deporte. Cómo afrontemos la situación, sea complicada o no, será un punto clave para conseguir el éxito. Y este éxito no tiene siempre que ser conseguir un resultado o el triunfo. La persona que no se rinde, independientemente del resultado es alguien exitoso. Como decía el Premio Nobel español, Camilo José Cela: “El que resiste gana”.
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