Siempre que se enfrentan dos grandes equipos o dos grandes deportistas hay rivalidades deportivas. Y estas rivalidades deportivas según se gestionen y según se afronten podrán hacer al deporte algo detestable o algo muy grande.
Hoy no quiero centrarme en ese aspecto negativo de “máxima rivalidad” en el deporte entre aficiones o deportistas que generan odio, enfrentamientos y que puede llegar a sacar lo peor de las personas.
Quiero centrarme en la “rivalidades sanas” entre excelsos deportistas o entre equipos históricos que han hecho más grandes sus respectivos deportes.
El primer ejemplo lo viví en los años 80. Cuando veía aquellas finales de los Play Off de la NBA entre los Boston Celtics de mítico Larry Bird y Los Angeles Lakers del increíble Magic Jonhson. En 1980, 82, 85 y 88 Los Lakers se alzaron con el título, mientras que los Boston Celtics fueron campeones en 1981, 84 y 86. Pero lo realmente vibrante era cuando se enfrentaban ambos equipos con sus dos estrellas: Magic y Bird, tanto en el Garden de los Celtics como en el Forum de los Lakers. Bird ganó su primera final a Magic en 1984, pero Magic se alzó con el título en 1985 y 1987. Más allá de los títulos y estadísticas, la rivalidad que existió en esa década fue lo que hizo crecer el deporte del baloncesto en Estados Unidos y en todo el mundo. Estoy seguro que no hubiese sido lo mismo si no hubiesen convivido durante todo ese tiempo estos dos grandes equipos con ambas estrellas en cada bando. Cada equipo luchaba por ser mejor que ellos mismos y que su enemigo íntimo y de esta forma no pararon de crecer y mejorar hasta alcanzar un nivel fuera de lo común.
En el fútbol también ha habido ejemplos de grandes rivalidades. A nivel de clubes el Real Madrid, junto con el FC Barcelona han estado las últimas décadas disputándose el trono tanto en España como en Europa. Tanto un equipo como el otro con sus dos máximas figuras (Messi y Cristiano Ronaldo) ha protagonizado partidos que se recordarán para toda la vida.
Pero quería finalizar con una rivalidad deportiva en el tenis muy especial y que me ha llamado mucho la atención durante los últimos años. Es la rivalidad y amistad de Rafa Nadal y Roger Federer. Que dos figuras mundiales sean rivales es normal. Que dos figuras mundiales se aprecien y respeten es más difícil. Pero que los dos mejores deportistas del momento sean grandes amigos me emociona. Fueron un ejemplo deportivo y un ejemplo para la sociedad. Ojalá haya más Rafas y Rogers en el mundo del deporte que nos inspiren en nuestras vidas y transmitan los valores positivos del deporte. Que las rivalidades deportivas se queden en el terreno de juego y todos disfrutemos del deporte.