El otro día planteaba en una clase en la universidad un debate sobre “Saber en el deporte”. ¿Qué era lo que les planteaba? Pues básicamente que me dijeran qué creían que era más importante en el mundo del deporte o en el mundo de la educación en referencia al saber en el deporte.
La pregunta del debate era: ¿Qué es lo más importante a la hora de dar una clase en la universidad, dar una clase de Educación Física o dirigir un entrenamiento de un equipo deportivo?
- Saber: es decir, tener grandes conocimientos sobre la materia que estás impartiendo.
- Saber hacer: es decir, aplicar de forma correcta los conocimientos adquiridos.
- Saber ser: que tiene que ver con los principios, valores y actitudes que tienes y pones de manifiesto cuando das una clase o realizas un entrenamiento.
Cuando los alumnos empezaron a opinar sobre este “Saber en el deporte”, las opiniones fueron múltiples y diversas. Unos decían que lo más importante era tener conocimientos ya que sin ellos no podías ponerlos en práctica. Otros que la parte práctica era la clave porque de esa forma el aprendizaje era más significativo. Y otros que decían que, aunque fueras un gran profesor o entrenador con grandes conocimientos teóricos y prácticos, si no sabes ser ibas a tener problemas con tus alumnos o deportistas.
El debate se fue poniendo interesante y les mostré de forma gráfica con una cabeza (que simbolizaba la parte del saber), unos brazos y unas piernas (que simbolizaban el saber hacer) y un corazón (que simbolizaba el saber ser) como dibujarían a su profesor o entrenador ideal. Después de esta dinámica se fueron dando cuenta que lo mejor es tener equilibradas cada una de las partes. Es decir, tener conocimientos, saber aplicarlos y ponerlos en práctica y además hacerlo con una gran actitud y transmitiendo valores positivos. Si tienes mucho de una parte, pero te falta otra no vas a estar equilibrado.
Sería fabuloso que los profesores y entrenadores deportivos tuviesen integrados y pusiesen en práctica los tres conceptos, ya que si te falta alguno de los tres vas a tener un déficit o carencia que no te van a dejar llegar a explotar tu máximo rendimiento.
Personalmente, si me paro a pensar en los profesores y entrenadores que tuve en el pasado, los que más me llegaron y de los que más aprendí son aquellos que aplicaban el saber en el deporte en todas sus dimensiones: sabían, lo aplicaban y tenían buena actitud y valores positivos.
Y tú, ¿qué opinas de este tema?