La templanza no es únicamente la capacidad de mantener la calma y el equilibrio en todo momento. Es evidente que en la vida y en el deporte es fundamental que, sobre todo en los momentos más complicados, que el deportista tenga la mente calmada y no pierda el control.

Pero la templanza tiene que ver también con “ser tú mismo”. Cuando un deportista actúa sin fingir, sin pensar en qué dirán los demás, sin pensar en cubrir las expectativas de los demás, va a tener más opciones de desarrollar todo su potencial. De esta manera cuando se enfrente a un rival complicado, a una situación límite o a una final, el deportista no va a pensar en exceso sobre la responsabilidad que tiene, sobre qué pasará si falla y sobre el miedo o dudas que le provoca esta situación.

Por el contrario, al estar en paz consigo mismo, no va a pensar en lo negativo que puede suceder, sino en las opciones y capacidades que tiene para conseguirlo. Esto viene dado por la confianza que el deportista tiene porque se ha preparado de forma profesional y porque lo ha hecho de una forma disciplinada. Y además, tiene dominio sobre la situación y sobre sí mismo.

Con todos estos ingredientes podemos vislumbrar la razón por la que algunos deportistas en los momentos clave son capaces de dar lo mejor de sí mismos y conseguir resultados extraordinarios con gran regularidad.  Y también podemos saber cuál puede ser una de las razones por las que otros deportistas no son capaces de “rematar la jugada”. Estos últimos son aquellos deportistas que con grandes capacidades, talento y trabajo, a la hora de la verdad no dan el paso definitivo que les hace conseguir sus objetivos. Suelen decir, que han tenido mala suerte, que lo tuvieron en las manos, pero definitivamente no lo consiguieron.

Me encanta ver cualquier deporte, cualquier competición, sea la que sea y observar cómo actúan los deportistas en esta situaciones clave. Al final quien tiene templanza tiene muchas opciones de alzarse con la victoria. Un ejemplo claro de que la templanza te da el éxito es el tenis. En un partido de tenis puedes observar cómo la parte mental determina en gran medida el resultado final. Quien está más tranquilo y concentrado en los momentos clave va a ser quien obtenga el objetivo final. Pero ocurre en todos y cada uno de los deportes. Quien tiene templanza gana.