Es curioso, pero en el deporte de alto rendimiento se plantea mucho la cuestión: aquí eres tú o los demás. Y entiendo por qué muchos padres, entrenadores o deportistas dicen esto.
En primer lugar, hay que tener claro que en el deporte de alto rendimiento cuando vas avanzando en etapas y categorías el embudo cada vez es más estrecho. Es decir, cada vez la selección es más grande y se van a quedar deportistas por el camino.
Pero entendiendo esta dificultad, creo que lo importante es cómo lo vivas. Cómo te relaciones con los demás y las formas van a marcar la diferencia.
Ese tú o los demás, se puede vivir como un proceso donde hay una selección “natural”, donde cada vez quedan menos hasta llegar a la élite y que como deportista lo mejor que puedes hacer es dar tu máximo para llegar a tus objetivos.
Lo que sucede es que en muchas ocasiones el miedo, el ego, la ambición puede malinterpretar ese “tú o los demás” y caer en comportamientos negativos, poco deportivos, donde el fin justifica los medios y si es necesario se pisotea, agrede o daña al que tienes al lado y está compitiendo por una plaza como tú.
He visto a lo largo de varias décadas como padres de niños y niñas talentosos eran muy educados y respetuosos con el resto de padres de su equipo y de los equipos rivales. Y también he vivido situaciones “de película” donde padres han acabado peleándose con otros padres del mismo equipo en un partido por esa “malentendida” competitividad entre sus hijos y las propias familias. Ya sé que en muchas ocasiones hay una carrera profesional y mucho dinero en juego, pero como decía el fin no justifica los medios. Creo que ante todo somos personas civilizadas y es triste ver estos comportamientos en los campos de juego.
También he visto como compañeros de equipo que se conocían de muchos años y tenían una relación de amistad, dejaban de hablarse porque a partir de ese momento “ya no había amigos”. Nuevamente, hay que entender que cuando se comporta una persona así es porque no tiene más recursos y además está “muerto de miedo”. Y también he visto a jugadores que jugaban en la misma posición siendo amigos y compañeros de habitación en las concentraciones de los partidos.
Por tanto, dependiendo de tus recursos y de los valores que tengas, tú eliges cómo quieres afrontar estas situaciones competitivas en tu vida.